Saturday, August 19, 2006

negro de negro

con ocasión de la reciente muerte de cándido, sus amigos le escriben artículos (por ejemplo, incitatus en su cultiberio del confidencial.com de cacho), y no dejan escapar la ocasión de recordarnos cómo hizo de negro para el abate del valle de los caídos, fray justo pérez de urbel, en la elaboración del santuario católico de la guerra, luego tan celebrado en roma. raúl del pozo, creo, nos recordaba el otro día en el mundo que carlos luis álvarez cobraba unas 25.000 pesetas, de las de entonces.
jaime borrell trabajando de negro en el salvador.
pues bien, no puedo dejar de recordar, pues ya lo dije hace tiempo, cómo mi amigo jaime borrell, ibicenco irónico y guapo que, entre otros quehaceres siempre muy logrados, escribía cuentos la mar de bien (umbral dixit), nos hacía reír hasta hartarnos cuando protestaba porque cándido se quedaba con los mejores santos y solo le pasaba, en su calidad de negro del negro, los más de chichinabo, mayormente africanos de quiénes se carecía de toda noticia, por lo que no le quedaba más remedio que echarle arte al asunto y prácticar sus dotes imaginativas de gran fabulador. el precio que recibía por santo o santa, incluso por virgen mártir, una mínima parte, quiero recordar, del señalado por don raúl como emolumento del negro principal, no daba para viajar a las sabanas y desiertos africanos en busca de datos más precisos sobre los santos y santas, incluso vírgenes, que le caían en suerte.
arte, puro arte, como la vida misma.
juan josé de la calle, acreditado y reconocido documentalista del negro borrell, trabajando.

jacaranda

como ando exiliado por mor de las obras del escorial culinario en que andamos enfrascados, últimamente escribo este blog desde el despacho de paco catalá, qué tal amigo, donde esta mañana ojeaba su biblioteca y hojeaba el libro que apunto al lado. mayormente, se trata de una jacaranda de personajes que habitaban madrid.
lo curioso, y voy a acabar creyendo en las metacoincidencias, a las que me introdujo carlos creus que se inició en ellas con su conocido jon de la riva, mal bicho, es que el primer jacarandoso que glosa tomás borrás es don julio camba, cuyo libro reseñamos hace ná. el tercero que aparece es edgar neville, uno de cuyos familiares del mismo nombre (su nieto?) me introdujo en los aromas del hasshiss hace siglos en el bello torremolinos (también estaba juan lópez casas (amigo que luego se mató camino de valladolid yendo al funeral de otros amigos) y un marqués, cuyo título nunca he olvidado, casatremañes; jugamos al póquer bien colocados y hasta la madrugada. todavía creíamos en la inmortalidad, qué bien... o qué bobada, más bien).
como borrás debía ser tan aficionado a la guasa como camba (ayer ví en abc una cosa de martín ferrand lamentando la pérdida del humor que nos asuela, o que asuela a nuestros políticos, aunque yo creo que el asolamiento es general), cuenta de él, borrás de camba, una anécdota divertida con la que se defendía de los periodistas abusones que socapa de una encuesta y entrevista rápida pretendían que les dieran los artículos hechos: -¿que haría usted en el año dos mil?, pregunta el abusón. camba le contesta: -¡hombre! me ha dado usted una idea magnífica para un artículo.
pues eso.
ps mirando el maría moliner veo que jacaranda no debe confundirse con jacarandá, éste denominador común de diversas plantas y aquél sinónimo de jácara, más o menos bravucona. yo creo que el título de borrás juega con ambos significados y, además, los aproxima a jacarandoso, elegante, que se muestra seguro de sí mismo. y así resulta en plétora y variedad de humanos, mayormente varones en el libro, que con gusto se muestran bravos ante los demás, exhibiendo sus saberes y poderes con, al menos, aparente seguridad.