Sunday, November 06, 2005

La hora de los fancastreins

No es la peor pesadilla de Mary Shelley sino una realidad que reedita de mala manera sus delirios.
Los FanCastreins son doctores de la más reciente promoción. Tampoco es que hayan cursado estudios en profundidad. Han sido más bien resultado de una promoción acelerada, profesionales de emergencia podríamos decir.
Están ocupándose de fabricar monstruos con retazos de cadáveres, bueno, todos conocéis la historia.
Ellos han surgido a su vez del F.Castrein verdadero, del antiguo, que los ha ido preparando (haciendo gala de su marcado interés por la enseñanza) en su laboratorio privado. Después los reparte cuidadosamente por todo el continente a sus pies. No malinterpretéis, quiero decir, que le queda geográficamente debajo.
Una vez allí, ¡que viva la Pepa!, que hay mucho coche nuevo que enviar a las llamas. Porque en esto de la reivindicación son como el marido cornudo que incinera el colchón de su deshonra. Entretanto practican otras veleidades inocentes como dar saltitos a compás todos juntos y componer pareados. Vamos, que dan para todo.
Que F.Castrein es hombre de ideas fijas es evidente si advertimos cómo ha situado sus nuevos peones en los escenarios de la beligerancia de los '60. Entonces se llamaban Cheguevaras, Tupamaros, Montoneros (que, como guerrilla peronista que fue, tuvo su vástago bastardo en el ERP, la gue-rrojilla). Los caracterizaba una cierta unidad de pose — más bien triste — y de atavío.
Hoy el equipo es diferente, festivo y variopinto a tono con la pluralidad tan de la izquierda. Hay uno salido de la oscura cocina peronista, siempre fecunda en monstruos de perfil similar — gobernador de provincias, fortuna sólida pero incierta, etc. —, otro de nombre casi bíblico — oportuno retoño quizás de alguna costilla clandestina —, una vieja estrella del deporte y del drogarte, un salsero presidente en formato belcantista y hasta un ex-político del culebrón en Centroamérica.
Todo ese repertorio de FanCastreins está armando el pollo en las Américas (que, ahora con lo de la gripe aviar, armar el pollo es de pánico) para darle un lugarcito a la izquierda, que ya era hora.
Frente a un Norte que se porta mal, invierte en vacunas y genera empleos en medio de la crisis, nada mejor que un Sur beligerante que los destruya. Porque el bienestar no es cosa de producción y economías, no, nada de eso.
El problema está en la repartición (que el que reparte...ya sabemos).
El desvío de fondos ha resultado ser la medicina de la izquierda, una medicina que resulta eventualmente útil pero tiene el problema de la corta duración: justo hasta que se acaban los fondos. Y para buscar más fondos, allá los de derechas, los muy cabrones.
Los FanCastreins son proclives al abrazo, la risotada y los apretones, eso sí, muy correctos ellos, que esa es la clave de la izquierda como señalaba muy recientemente el lúcido Luca ¿...? en una entrevista. Nada de frases malsonantes, mucha dulzura y demagogia aunque, por supuesto, sin renunciar al ex-abrupto adolescente que siempre mola.
La demagogia es el gobierno que la izquierda nos tiene preparado para el futuro. Es lo único que se la ha ocurrido con algún parecido, siquiera semántico, con la democracia y, superando además ya, las dictaduras de la prole que tan mal han hecho quedar a la familia. Porque las que quedan han vuelto a ser tolerables gracias a la magia senil de ese Papá Noel del descalabro que es F.Castrein.
Causa gracia oír a la izquierda hablar de la sociedad plural, cuando la única pluralidad que ha entendido ha sido en términos eróticos, con las especies tradicionales en plan de igualdad y otras todavía inéditas pero que no tardarán en hacer su aparición.
Ahora, en el apogeo de la demagogia, basta que un gobierno se declare de izquierdas, o sea, que entone su cántico harto conocido, para que todo comience a marchar bien para los inconformes, se acallen las voces críticas y los anti-sistema se conviertan de facto en pro-sistema (Por cierto, ¿quién habrá montado el gigantesco pollo francés con la secreta intención de desbancar al peligroso M. Sarkozy de la carrera política, en lo que parece una versión espartana de las bombas del 11 de marzo en Madrid).
Y es que la demagogia garantiza la dictadura seculorum, el gobierno vitalicio, la cárcel abierta. Ese hombre todo oídos, que ya insinuaba el fabulario medieval, atrapado para siempre entre las tapias de sus orejas.

fin de la cuartilla.
no, ya no es casual. allí estaba otra vez. al lado del supermercado, en la pila de cajas que me sacan todos los días para que yo haga mis pises a gusto. sadie, aun sin desbravar, llena de energía, se me colgaba del cuello. ya casi empezaba a aliviarme con gozo cuando la ví. esta vez, no estaba pisada.
otra vez una cuartilla. escrita. con lo que acabáis de leer.
escritura de la de antes. provechosa - de que aprovecha el material, los espacios, las palabras, las ideas -, y provechosa otra vez - de que aprovecha a quien la lee.
rigorosa, y no tanto rigurosa, pues el habla que usa es suave, apenas una brisa cariñosa. más, infinitamente más irónica que rigurosa con el guerrojillero erpiano y su plebe, ¿o debiera decir prole? que tanto mola por aquí, en mi barrio.
como la cuartilla que ya os reproduje en otro post, ésta comenzaba con el título de éste y seguía con lo transcrito arriba. esta vez, como ya me siento su editor, le he cambiado dos comas. y lo he hecho sin consultar, por ahorrar y ser provechoso yo también. el autor siempre puede cambiar de editor, claro. aunque dicen que los abogados cobran por cambiar comas de lugar. bueno, ya, espero que os haya gustado el corresponsal cubolibre, ese anónimo.

en la foto, josé luis gómez garcía, médico, con algo. en lanzarote, antes. ya no. a mi me devolvió la vida y me dio mucho amor. la suya se la quitó uno de la concepción madrileña. uno del corazón. seguro que un catedrático.