El teléfono no dejó de sonar en todo el día, y parte de la noche: Susan cumplía años... y hasta su marido e hijos se acordaron de felicitarla.
Despúes de nadar en lo de Los Agustinos, nos recogió Larri y nos fuimos a lo de Fernando Pérez Arellano, cocinero modernista que no llega a la treintena, a su Zaranda: queríamos saber a qué sabe una estrella Michelín.
Lili tardó un poco en llegar, pues que aún lleva poco tiempo en eso de La Muñoza y tampoco se podía escapar del trabajo mucho antes: pero llegó a tiempo de todo.
Las mesas, pocas, ralas y de cómodo tamaño. Buenos panes (yo me puse las botas) y aceite de arbequina, además de hojillas de boniato, yuca, remolacha y plátano macho, y un poco de foie nos entretuvieron mientras comenzaba el festival del menú Zaranda que nos pedimos.
A cada uno nos gustaba algo más que lo demás, pero todo resultó espléndido: primero fue la ventresca (lo que amí menos me gustó, aunque a Lili le encantó), luego el chipirón (¡qué rico!, aunque a Larri le gustó menos), la morcilla con huevo (infalible aquí o en casa pepe), merluza de pincho (realmente deliciosa) y por fin la presa de ibérico.
De postre unos quesos que se pidió Lili (roblechón, cabra, oveja y roquefort) y luego tiramisú y brownie.
Para beber, agua abundante y un Arrayán de Méntrida, recomendación del maître, que me encantó.
La siesta, luego, fue larga y, desgraciadamente, pesada. Yo no acabé de recuperarme hasta hoy, y aún así no del todo.
Willy y Sadie felicitaron a Susan con efusión y mucha fiesta: yo creo que pasó un buen día.
PD A la mañana siguiente leo en El Mundo que si el cumple hubiera sido en noviembre podríamos habernos ahorrado algo en la comida, pues la crisis les ha inducido a hacer una reducción de precio al mediodía.
PPD Para el cumple de Lidia nos citamos en el Club Allard, en Ferraz, que Javi dice que tiene un local y una comida inigualables.
PPPD Durante la comida decidimos que el pavo lo haremos el día 15 de noviembre en Laguna de Cameros.
Despúes de nadar en lo de Los Agustinos, nos recogió Larri y nos fuimos a lo de Fernando Pérez Arellano, cocinero modernista que no llega a la treintena, a su Zaranda: queríamos saber a qué sabe una estrella Michelín.
Lili tardó un poco en llegar, pues que aún lleva poco tiempo en eso de La Muñoza y tampoco se podía escapar del trabajo mucho antes: pero llegó a tiempo de todo.
Las mesas, pocas, ralas y de cómodo tamaño. Buenos panes (yo me puse las botas) y aceite de arbequina, además de hojillas de boniato, yuca, remolacha y plátano macho, y un poco de foie nos entretuvieron mientras comenzaba el festival del menú Zaranda que nos pedimos.
A cada uno nos gustaba algo más que lo demás, pero todo resultó espléndido: primero fue la ventresca (lo que amí menos me gustó, aunque a Lili le encantó), luego el chipirón (¡qué rico!, aunque a Larri le gustó menos), la morcilla con huevo (infalible aquí o en casa pepe), merluza de pincho (realmente deliciosa) y por fin la presa de ibérico.
De postre unos quesos que se pidió Lili (roblechón, cabra, oveja y roquefort) y luego tiramisú y brownie.
Para beber, agua abundante y un Arrayán de Méntrida, recomendación del maître, que me encantó.
La siesta, luego, fue larga y, desgraciadamente, pesada. Yo no acabé de recuperarme hasta hoy, y aún así no del todo.
Willy y Sadie felicitaron a Susan con efusión y mucha fiesta: yo creo que pasó un buen día.
PD A la mañana siguiente leo en El Mundo que si el cumple hubiera sido en noviembre podríamos habernos ahorrado algo en la comida, pues la crisis les ha inducido a hacer una reducción de precio al mediodía.
PPD Para el cumple de Lidia nos citamos en el Club Allard, en Ferraz, que Javi dice que tiene un local y una comida inigualables.
PPPD Durante la comida decidimos que el pavo lo haremos el día 15 de noviembre en Laguna de Cameros.