Antes de salir quiero dejar constancia de las extremas dificultades que últimamente tengo para reunir la energía suficiente con la que plasmar lo que desesperada y desesperanzadamente bulle por mi cabeza.
Pero voy a intentar un rápido y brevísimo bosquejo:
- la apatía de los españoles, que parecemos deseadamente inermes ante lo que los demás - los otros - maquinan: esperamos maná del cielo... como nos dejamos en manos de quienes nos aseguran su existencia y nuestro legítimo derecho a llegar a él, incluso en vida, según dicen garantizarnos.
- el descaro imperante por doquier: los bancos tienen activos tóxicos (= supervalorados) y, con nuestros dineros, los políticos que los extorsionan, a cambio de favores, claro, les van a resolver el asunto... pero las personas físicas solo tenemos hipotecas sobre casas hipervaloradas por las tasadoras que imponían esos mismos bancos (y con las que estos tenían relaciones smás que impuras, claro) y, en lugar de recibir ayudas (= demandas contra bancos, tasadoras, reguladores y garantes de todos ellos por connivencia en estafa generalizada y ultradañina) nos sacan la pasta para dársela a esos connivientes, que se la reparten en buena armonía y con gran placer.
- ni en Galicia ni en el País Vasco se movieron demasiados votos: de hecho, en el PV la suma de votos PSOE+PP obtenida en 2009 es muy inferior a la de 2001... la única diferencia ha sido la voluntad etarra; en Galicia, la diferencia con las elecciones anteriores apenas llega a una decena de miles de votos.
- la regulación normativa, necesaria, nos está, de hecho, estrangulando y reprimiendo hasta convertirnos en parias (bueno, en relaidad puede que el término conversión debiera sustituirse por mantenimiento o algo así...)
- ... no, ni puedo ni quiero seguir... voy a desconectar, aunque...