Saturday, June 20, 2009

Tsutsui me alivia la pereza

Como es fácil observar, hace tiempo que no conseguía reunir ánimos para escribir mis cuitas en este blog. Ni siquiera para reseñar los libros que siguen llegando a casa.

Para mi asombro, compruebo que lo que me tiene anodado es la decepción que me generan mis compatriotas, de este y del otro lado del Atlántico, capaces de pluscuamestúpidamente elegir para nuestro gobierno a Zapatero y Obama, y sus respectivas señoras, claro, y para su oposición a un funcionario pasota y a un viejo y enfermo, de verdad, lobo de la guerra y la política...

y que, encima, lo celebran con jolgorio, como si hubieran hallado la clave de la unificación relativo-cuántica, y nos lo venden pajínamente como el último acontecimiento planetario (¡me cachis!, aquí se quedaron cortos, que lo suyo habría sido universal), como si hubieran hallado las fuentes del río Nilo... que sitúan en Kuala Lumpur, claro.

Pues bien, en mi socorro ha venido Tsutsui, Yasutaka, un señor japonés que escribe sencillo y muy bien, genialmente bien, unos cuentos cortos en los que con güasa y obvio hastío desvela la alegre, y muy peligrosa, bobería campante que nos rodea.

Basta un poco de Tsutsui para debelar a los alegres bobalicones circundantes... claro que estos tienen muchos recursos defensivos.

El principal, el que el propio Yasutaka denuncia: la complacencia con la que negamos lo evidente y asumimos cualquier majadería, siguiendo al Flautista de Hamelín hasta ahogarnos en el mar, tras pisar las cabezas de quienes nos precedían en la procesión y abandonar en el camino incluso a nuestros padres e hijos... y todo cual ratas cantarinas y contentas.

Y vaya si es poderosa esa arma. ¡Ya lo creo!

Miren sino cómo se las gastan...

Dicen por ahí, y lo dicen bastante, que es un escritor de ciencia ficción: ¡Coño!

No me cabe duda de que quienes eso dicen pertenecen a la secta dabadabadante, esos papanatas zapatantes y obamitas asiduos irredentos de marcas y slogans... porque son marcas, y slogans, claro, ..., y si a los demás les mola, oyes tú, es que mola, no jodas.

El señor Tsutsui es brillante e irónico, pero nada ciencioficcionante, sino pura y brillante ironía al servicio del hastío que le rebosa cuando mira la alegre y estulta sumisión que nuestros congéneres exhiben ante la falsoprogresantía política, económica e ideológica dominadora y dominante.

Os dejo los dos libros que, que yo sepa, Jesús Carlos Álvarez Crespo le ha traducido al español para Atalanta: Hombres salmonela en el planeta porrno y Estoy desnudo.