dejando atrás los rigores solares padecidos hasta hace poco en madrid, hoy disfrutamos de un día fresco y cubierto, un tanto gris y proclive no sé si a la melancolía o a la introspección, en todo caso a los recuerdos.
ya ayer, charlando al atardecer con maría fernanda, querida amiga que desde hace unos días nos acompaña en casa de larri, recordaba la especial brillantez, por lo que a mí se me alcanza, claro está, de una mujer superior, que ya nos dejó hace más de cuatro años pero sigue con nosotros: irene b. noonan. la b. es de behuncik, su eslovaco nombre familiar de soltera.
irene painted by edward hopper. bridgeport courthouse, 1940. ya ayer, charlando al atardecer con maría fernanda, querida amiga que desde hace unos días nos acompaña en casa de larri, recordaba la especial brillantez, por lo que a mí se me alcanza, claro está, de una mujer superior, que ya nos dejó hace más de cuatro años pero sigue con nosotros: irene b. noonan. la b. es de behuncik, su eslovaco nombre familiar de soltera.
además de su bonhomía, irene y maría fernanda tenían en común haber trabajado, durante años, en juzgados y, a pesar de ello y no obstante su inteligencia, haber salido impolutas, incluso en su fé en la humanidad y en la divinidad (lo digo por más que yo no creo que tal cosa sea posible, e incluso a pesar de que no creo que en realidad ellas pudieran tener la fé que decían y dicen tener, ni en unos ni en otros). ayer comimos con maría fernanda en pasta nostra (estupendo italiano, con buenas raciones y pizzas de pasta bien fina y crujiente, en la esquina de lópez de hoyos con arturo soria), restaurante que nos enseñó olalla, que vive allí al lado, por intermedio de su mamá, larri, que también comió con nosotros; y también nos acompañó mario, el señor arquitecto, que con susan venía de las obras de casa. qué obras, ya casi a punto de terminar. amén!