Monday, November 13, 2006

el pañuelo

a menudo nos referimos al 'poder' como un ente indeterminado pero determinante. en general, esa referencia tiene connotaciones de unidad, 'el poder' ejercido por un 'alguien', persona o grupo, pero único, por más que el mismo agrupe un conglomerado de personas y grupos. también suele implicar una situación bastante estática: el poder puede estar hoy en manos de uno y mañana de otro, pero el enemigo siempre es uno y el mismo.
en definitiva, cuando así hablamos parece que queremos decir que hay un diablo causante y reponsable de nuestras penurias - por más que contradictoriamente seamos ateos militantes. parece que eso nos descansa. incluso puede que así sea.
pero, al margen de sus potenciales virtudes y seguros desatinos desde otras perspectivas, esa manera de sentir - pues sería impropio decir razonar - la organización social es el fundamento de uno de los desenfoques más peligrosos para nuestras sociedades.
yo prefiero ver un permanente juego (o batalla) por lograr poder. lo relevante no es el pañuelo que los miembros de cada equipo quieren para sí. lo esencial es que existen esos equipos luchando por hacerse con el deseado pañuelo para llevárselo a casa antes de que el otro consiga eliminarlos.
los guerreros lo han tenido claro a menudo: el enemigo de mi enemigo es mi aliado. lo dramático es que a menudo la gente olvidamos que tal alianza no deja de ser táctica y circunstancial... y a medio cruzar el río el alacrán acaba picándonos y mandándonos al otro barrio.
la quinta columna que siempre con el ceño enfurruñado nos avinagra la vida en las sociedades occidentales está hoy, más que nunca, y ya es decir, confundiéndose y confundiéndonos.
1) ha identificado un poder, al que hay que vencer y derrocar... cuando lo que hay, como siempre, no es sino una lucha de varios por llegar al poder; y
2) ha creído, y cree, que su alianza táctica con el alacrán le será de utilidad para lograr su objetivo... cuando el alacrán nos tiene más que calados y, de seguir así, le vamos a durar lo que una consola abandonada a la puerta de un colegio.
eso sí, todo ello, el espectáculo, amenizado con música de rap. algo así como: rap, rap, rapataplán.
el abismo es infinito. al margen de su potencial belleza, solo garantiza el batacazo mortal... por eso, claro está, está lleno de matemáticos. quise decir de calculadores. o debiera decir calculadoras?