concesiones políticas

soy de esos que no dudan de la necesidad de hacer concesiones políticas si es que se trata de sentar en una mesa de negociación al gobierno de españa y a la agencia terrorista del nacionalismo vasco, y por extensión de los demás nacionalismos que hay en españa.

ahora bien, también soy de esos que piensan que las concesiones políticas en las recientes negociaciones entre prisoístas y vasquetarras sí han tenido lugar, son públicas y han producido resultados incorporados a la ley.

soy de los que creen que esos pactos políticos fueron escenificados para el público en dos actos consecutivos, preparados con mucha antelación: uno, con escenario en el pueblo adonde iban los españoles del franco tardío para ver pelis de tetas, fundamentalmente, o de cineforum rojillo, los menos, perpignan mon vieux; y dos, con escenario en un tinell, o era tonel?, donde uno de los de perpignan trajo la firma del cuarto para publicitar el mal llamado pacto del tripartito, que tetrapartito sin embargo es.

y soy de los que creen que ese pacto se ha plasmado públicamente, en parte, en el estatuto catalán, y que solo los anejos de última hora que el socioetarra quiere imponer a sus asociados, como era más que previsible, retrasarán, no mucho, la comunicación pública de la otra parte del pacto, conocida como el papelón vasco o vascotarri papelortua.

hace meses, sino algún año, el portavoz de los gal, ahora ministro del interior, ya avisó: "¿pero quién sabe qué pasará en el mundo en veinte años?"

aviados vamos!

para consoloranos, el carro de heno de el bosco.