Saturday, February 28, 2009

Y siguen llegando libros

Breve resumen de los libros que se van acumulando en casa. Las cuatro primeros aún no he tenido ocasión ni de hojearlos... ni sé cuando caerán. El quinto me tiene ahora mismo embebecido. El sexto y séptimo los he disfrutado ya. El último es un entretenimiento para de vez en cuando (salvo que te pierdas en ello, claro): yo le he dedicado ya unos buenos ratos.

Tres días de julio, de Luis Suárez (1967, mi edición es la de Ariel de 2006). Dicen que nos retrotrae "a los acontecimientos previos al estallido de la mayor tragedia de nuestra historia contemporánea". Espero que solo sea una licencia del editor, porque el libro parece muy apetecible. Recoge experiencias del 18-20 de julio en distintas, bastantes, ciudades de España.

Franco, de Luis Suárez (2005, Ariel). Tocho de muy considerable extensión, y con letra más bien pequeña, que pretende diseccionar las intenciones y el desarrollo del domino de Franco, que el autor divide en tres regímenes diferenciados: el primero, tendente al totalitarismo; el segundo, una adaptación a las corrientes cristianas posteriores a la II Guerra Mundial; y el tercero, la tecnocracia.

José Calvo Sotelo, de Alfonso Bullón de Mendoza (2004, Ariel). El autor es un catedrático de historia con numerosas obras escritas sobre la historia de España, que dedicó cinco años, uno de ellos sabático, a escribir la historia de este importante político cuyo asesinato por sicarios vinculados al socialismo de la época, dicho sea suavemente, sirvió de espoleta para la Guerra Civil.

Alcalá Zamora, de José Peña González (2002, Ariel). Dice la contraportada que el autor inetnta mostrar la vida y obra, éxitos y fracasos, de quien fuera Presidente del Gobierno y Jefe del Estado, además de ocupar otros muchos cargos y disfrutar de algunas sinecuras, y hoy, dicen, un auténtico desconocido a pesar de su impresionante currículum.

Guerra a las dos en punto, de Walter J. Boyne (2002, mi edición es la de Ariel de 2005). Relata la crisis nuclear en la guerra árabe-israelí del Yom Kipur, 1973 (aquí un breve resumen de esta guerra, también llamada de Octubre), y lo decisivo que en la misma resultó la Operación Nickel Grass, el puente aéreo montado por USA para abstecer a Israel, que se había dormido en los laureles, ... con el único apoyo de Portugal, que prestó Las Azores (el enlace al breve resumen anterior de la Guerra de Octubre no maneja bien la relevancia de Nickel Grass y tampoco otros datos, como la disponibilidad nuclear de Israel, pero esto último lo reconoce). Por supuesto, Franco negó el uso de las bases españolas. Es una crónica sencilla y militar, con toques sobre la diplomacia básica subyacente, de ese momento histórico, desde la perspectiva de un militar useño. Está bien escrito y bien fundado en entrevistas directas y documentos, no pocos recientemente desclasificados y, aún así, de difícil acceso. Dos notas más sobre ese puente aéreo: se basó ne lo aprendido en el que abasteció Berlín, bloqueado por tierra por los soviéticos, al final de la II Guerra mundial; y en su ejecución resultó decisiva la intervención de los criticados y gigantescos C-5 Galaxy de la Lockheed.

El terrorista. Cómo es. Cómo se hace, de José Sanmartín (2005, Ariel). Breve ensayo de un especialista en los aspectos psicológicos de la violencia humana, que se centra tanto en el terrorista laico, el etarra como paradigma más cercano, como en el religioso, el islamista, también como paradigma hoy más presente. Todo lo que tiene de breve lo tiene de bueno, aunque yo no comparta algunas de las posiciones que impregnan sutilmente el análisis directo y claro que ofrece.

El desgobierno de lo público, de Alejandro Nieto (2008, Ariel). Libro no jurídico, sino social, escrito por un catedrático de derecho administrativo que ayuda a sistematizar y concretar lo que día a día percibimos, a menudo mal, en nuestra relación con las adminsitraciones públicas y otros elementos del poder. Lo disfruté viajando por el Nilo, así de enfermo está uno, mientras entre desierto y oasis nos maravillábamos con los símbolos de dominio y poder que ya hace cinco y seis mil años construía el poder para sojuzgar a los demás. Entonces, como ahora, lo esencial para dominar con éxito no son las armas sino las apariencias, la psicología... además de los reglamentos, claro.

El libro de los mil caracteres, de Zhou Xingsi, con caligrafía de T.J. Tseng, y traducción de Silvia Ussía (de principios del siglo VI, mi edición es la de LdT de 2006). Libro publicado por Pote que le afano, con su conocimeinto, a mi hermano Jaime con ocasión de una visita que hago a su oficina, donde se amontonaba. No me pude resistir. Yo acababa de volver de Japón y Corea, entusiasmado con aquello y con una preciosa camistea negra con maravillosos caracteres en mandarín que identificaban el número de la suerte, por partida doble, el 88, incrustado entre símbolos de una asociación deportiva de Osaka. El libro es delicioso y permite entretenerse aprendiendo algunos caracateres fundamentales de la grafía china. La portada es de un rojo perfecto.

Mañana, si tengo ganas, reseñaré los panfletos de propaganda islámica que nos endiñaron en la mezquita de Al Azhar de El Cairo, uno de ellos muy interesante, fundado en escritos de Maududi, importantísimo pensador y papá ideológico de muchos de los islamistas radicales de hoy.

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