Monday, August 18, 2008

La mesa de Jaime y Enriqueta en Laguna de Cameros

Al cambiar Enriqueta de casa nos llevamos la espléndida mesa de comedor que tan buenos ratos nos hizo pasar en la avenida de Alfonso XIII (No molestar al perro), chez Jaime y Enriqueta, a la casa de Carmina, en Laguna de Cameros. Con la mesa vinieron algunas otras cosas muy útiles (librerías, espejos, ...).

Con la tranquilidad del medio agosto, cogimos el coche y llevamos a Enriqueta a ver su mesa. Al llegar encontramos a Carmina, que tenía ganas de hablar, y a Elena y sus bellos Ana, Carlos y Alejandro, que disfrutaban y paseaban sus melenas rubias por el pueblo.

Aprovechamos para pasear y hacer turismo. Un primera jornada estupenda fue la marcada en rojo en el plano de arriba. De Laguna a comprar el periódico y desayunar en Logroño (nos perdimos, por falta de tiempo, la visita a la Iglesia de Santiago, en cuyo exterior hay una escultura de Santiago Matamoros que quería fotografiar para nuestro blog de Juderías y Morerías); luego a comer, por recomendación de Maite, en lo Chuchi (Fuenmayor), perdiéndonos la inauguración de las Olimpíadas de Beijing 2008.

De ahí a San Millán de la Cogolla para ver los monasterios de Suso y Yuso, donde se recogieron las famosas Glosas emilianenses del Código 60, hoy en Madrid, los primeros escritos en español)y vascuence (en éste solo un par de notas, de 2/4 palabras cada una).

Después, al monasterio de la Virgen de Valvanera, patrona de La Rioja, y de ahí a Brieva y, por el empinado y precioso puerto de Peñahincada (¿lo conocen los ciclistas de La Vuelta?), hasta Ortigosa, con cuevas, de personal pasota y mal gestionadas y cuidadas, y exposición cultural, este año sobre trajes de boda.

Tras las cuevas, bajamos hasta el embalse de El Rasillo y de ahí a Villanueva (la gasolinera cierra al mediodía, desde las 19 hasta la mañana y los fines de semana, sábados incluidos, y festivos) ya en la N-111 que va de Logroño-Soria (de hecho viene de más arriba, de Pamplona y puede que incluso de la frontera, y llega al menos hasta Soria, y puede que más abajo), todo por el Camero Nuevo.

Al caer la tarde volvimos al Camero Nuevo laguchino por el alto de Sancho Leza, en la Sierra Cebollera. Durante todo el día apenas pasamos de 30-40 km/h, y el tiempo fue muy bondadoso con nosotros.

Willy y Sadie, a pesar de las dificultades, pues tuvieron que aguantar incluso el encierro en una lonja (garaje) desconocida mientras comíamos en lo de Chuchi, también fueron benevolentes con nosotros. Sadie aprovechó para bañarse en todos los ríos posibles (Leza, Najerilla, Iregua,...); Willy no, claro.

Al día siguiente más turismo; también espléndido, con puentes medievales, comida sorprendente (mejores caparrones que en Chuchi, a la cuarta parte del precio) y visita a las cuevas de estalactitas y estalagmitas de Ortigosa, que el día anterior solo pasamos por su lado. También recorrimos casi 100 km. para echar gasolina...

Larri y Susan, acompañados de Sadie, empezaban los días con largas caminatas por el monte mientras Willy y Fran desayunaban, leían y dormitaban vagamente.

A la vuelta paramos en Soria. Visitamos la iglesia del monastersio de Santa Clara y la concatedral de San Pedro. Luego, recordando el poema de Machado, paseamos a lo largo del Duero hasta San Saturio, la cueva iglesia del santo anacoreta. En la imagen del Duero de m´s arriba se ve San Saturio al fondo.

Sadie no se resistió a gozar de los placeres de un chapuzón (bueno, de varios) en el Duero de los poetas... que días después veo (el paseo, no el chapuzón) en The New York Times online: A poet's realm of myth and reality... delicious, really!

Antes de coger el camino de vuelta a casa comimos bien en El Parador, con magníficas vistas.

Fueron unos días muy agradables.

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